martes, 10 de julio de 2012

¿para qué sirve un ejército?

en casi todas las naciones, principalmente para humillar y atentar contra sus compatriotas

Atentar contra sus vidas, en el peor de los casos, y atentar contra los derechos humanos y la dignidad de todo ciudadano libre en muchos de los casos. ¡¡¡Y no les pasa nada, oiga!!!

Tenemos ejemplos muy recientes en varios países de cómo los militares son el enemigo nº 1 de sus propios compatriotas. No hace falta dar datos, todos estamos al corriente.
Lo más reciente en España de para qué sirve el ejército lo tuvimos a partir del 18 de julio de 1936. Pero en febrero del 81, los militares (algunos de ellos) hicieron un ensayo general para el golpe militar. ¿Y qué les pasó, oiga?

Todo gobierno, sea democrático o no, tiene que atar muy corto a los militares y demás instituciones armadas y estar siempre atento a los más mínimos ruidos. ¡¡Sí, sí, hablo de eso que se ha dado en llamar "los fuerzos y cuerpas de seguridad del Estado".
En esto hay que aplicar la filosofía que aplicaba el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente con una manada de lobitos pequeños de los Montes de Toledo que le regalaron un día. Cuando los lobitos fueron siendo grandecitos, se percató quién era el lobo dominante de todos ellos y a ese le hacía cosas simbólicas para humillarle delante de sus hermanitos. Para que todos entendieran que el lobo 'alfa' era el propio Félix Rodríguez de la Fuente. ¡¡Qué gracia, verdad? Já, já...

Con los grupos armados hay que estar muy atento para evitar que su lobo dominante se suba en la chepa del presidente del gobierno. Una forma de domar o humillar a los militares es evitar que estén siempre tan agustito y tan inactivos. O emplearlos en eso de "las misiones internacionales de paz" o emplearlos en tareas de salvamento ciudadano; en catástrofes naturales y en la lucha contra los incendios. Porque para defender a los españoles de ataques extranjeros..., ya no hay amenazas de esas en estos tiempos; todo lo más que haya que ir un día a quitar la bandera de Marruecos del islote de Perejil.

A todos esos grupos (militares y policiales) hay que implantar algo así como una promesa solemne, en donde se diga:

«El ciudadano de mi país es mi empleador y mi trabajo consiste en respetarle, serle útil y ayudarle».

Y esa promesa hecha en acto solemne, cara al público, en todos los ingresos en las academias y para cada ascenso que se produzca de todos los funcionarios armados.

¿Cómo? ¿Quéééé...? ¿Qué me dices?..., ¿que eso no evitaría los golpes militares y los otros golpes en las espaldas de los ciudadanos de más abajo? Vale. Lo sé; no creas que no lo sé que esa promesa solemne no serviría para evitar nada de nada, pero no se me ocurre algo mejor para someter las instituciones armadas al poder ciudadano en su conjunto. ¿O es que quieres que disuelvan y desbaraten los ejércitos y las policías en beneficio de una milicia cívica, obligatoria y rotativa entre todo ciudadano mayor de edad?
¡¡¡Anda!!!

5 comentarios :

Ana dijo...

Bueno, ya ves lo que pasó en SOL con democracia real, y veremos que pasa con los pobres mineros que han llegado para luchar por su pan y el de los suyos.

BESOS.

Jesús Herrera Peña dijo...

Pues eso, Ana, pues eso.
¿Para qué sirven las cuerpas y los fuerzos? Sólo para obedecer al gobierno cuando les manda humillar y dar palos a la gente (a veces dan palos sin que se lo mande nadie), y para derribar gobiernos cuando hacen cosas que a ellos no les gustan.

Ya sabes: salvadores de la patria.
Pero entienden "patria" como conjunto de tierras, como una finca, como un cortijo, pero no como una sociedad de personas libres y democráticas.

Besos guapetona,

mariajesusparadela dijo...

Supongo que, efectivamente, una lección de humildad nos viene bien a todos los funcionarios y más a aquellos a los que se le da un arma.
Con mi comentario en el blog de Ana quise decir que a los políticos les interesa desprestigiar al funcionariado y lo hacen muy bien.
Desde hace al menos diez años yo que acudo a oficinas con bastante frecuencia (tanto para tramitaciones habituales como carnets,etc, como para arreglar papeleos de un par de asociaciones a las que pertenezco)puedo asegurar que siempre he encontrado gente amabilísima. Quizá he tenido suerte. Pero la mayoría nunca decimos nada cuando nos atienden bien, solamente criticamos cuando nos atienden mal. Y eso no soluciona nada. Yo soy partidaria de usar las hojas de reclamación o de pedir hablar con el responsable, porque creo que eso sí soluciona.
Si en algo te he ofendido, te ruego me disculpes. Soy funcionaria y ultimamente los palos nos caen por tantos sitios que estamos casi siempre a la defensiva. Por favor, acepta mis disculpas.

Jesús Herrera Peña dijo...

No, No, María Jesús. Ahora te he entendido y no creo que nos debamos ninguna disculpa, mutuamente. Muchas gracias.
Cada cual cuenta la feria como le va y es verdad que cuando el funcionario nos trata bien, eso no incide en nuestras estadísticas particulares. Es natural, actuar bien es lo que se espera del funcionariado. Pero cuando el funcionario deja parada la cola de renovar el DNI por 20 minutos para ir a hacer las compras por el barrio (eso lo he sufrido yo en mis carnes) no sé qué efecto puede hacer una reclamación por escrito. ¿Es que sus compañeros y superiores no saben que se ha quedado parada la cola? ¿El ciudadano ha de ver bien que el funcionario se vaya a la calle a media mañana?

Cuando esas cosas pasan (como los abusos policiales) sin que los compañeros hagan o digan nada, la mancha del mal funcionario se extiende entre todos ellos y los salpica de una manera generalizada pero..., ¿injusta?

Saludos,

Jesús Herrera Peña dijo...

Vale Marta; estupendo.
Por aquí seguimos con los funcionarios en danza.
Nunca he tenido claro si era bueno o malo que desapareciera la mili. Como tampoco nunca he tenido claro para qué sirve un ejército, aunque a la vista de lo que vemos estos días en algunos países...

Bueno Marta, funcionarios al margen, (que tú también funcionaste de lo lindo cuando eras funcionaria de la enseñanza) me alegra comprobar lo bien que funcionas ahora mismo.

¡Enhorabuena!

Publicar un comentario

Sólo admito comentarios escritos en cualquiera de los 4 idiomas del Estado Español; en español preferentemente.