miércoles, 6 de noviembre de 2013

2 canciones mellizas

Y nos dieron las diez   y    “Ojos de gata”

Se trata de una cosa curiosa e insólita; de un caso único en la historia de la música pop española. Dos canciones mellizas que nacieron en un mismo tiempo y que reclaman su autoría dos padres distintos.
Distintos pero no distantes, ya que Enrique Urquijo (Los Secretos) y Joaquín Sabina eran dos buenos amigos y colegas en eso de la creación de canciones.
Pero también es una historia de malos entendidos, de suposiciones, de sospechas; un asunto que estuvo a punto de desbaratar la amistad entre sus dos protagonistas.

  OJOS DE GATA -Los Secretos -  http://youtu.be/NWHov0Eu9CE

  Y NOS DIERON LAS DIEZ -Joaquin Sabina - http://youtu.be/k_6JQ3nX8Fw

En este caso son dos canciones compuestas a partir del principio de una letra. La historia, como bien se recoge en http://enrique-urquijo.blogspot.com.es/search?q=ojos+de+gata, es más o menos la siguiente:
Un día, a principios de 1991, Los Secretos tenían un concierto, pero antes Enrique Urquijo decide salir a tomar unas copas. En el bar se encuentran con Joaquín Sabina, con quien Enrique mantiene una buena relación. Y ambos autores entablan una conversación. En un momento de la misma, Enrique le pregunta a Sabina si tenía algún material que pudiera serle de utilidad, ya que está trabajando en la publicación de un nuevo álbum y se encuentra vacío de ideas. Joaquín lleva encima unos versos que había escrito, al parecer, esa misma mañana y que él no cree que vaya a utilizar. Se los muestra a Enrique que los lee emocionado, y copia en una servilleta de papel lo siguiente:

"Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto;
tú reinabas detrás

de la barra del único bar
que vimos abierto.
Cántame una canción
al oído y te pongo un cubata;
con una condición:
que me dejes abierto el balcón

de tus ojos de gata. ..."

En aquellos momentos, no quedó muy claro si Joaquín le regalaba la letra a Enrique, pero éste lo tomó como un regalo importante que le salvaba de su bache de creatividad. Pasado el tiempo y en el convencimiento de que Sabina le había cedido los versos, Enrique propone a su grupo incluir en el próximo disco la canción que había compuesto. Evidentemente a los componentes de Los Secretos les gusta mucho el tema y aceptan encantados. Y así es como surge la canción “Ojos de gata”.

Se supone que Sabina, mientras tanto (y sin saber que Enrique ha completado esa letra y hasta le ha puesto música y la piensa incluir en su próximo álbum), hace lo propio con lo que al principio sólo eran dos estrofas y que termina siendo otra canción, es la titulada “Y nos dieron las diez”.
En setiembre de 1991 se publica “Ojos de gata” y cinco meses más tarde, en abril de 1992, sale a la luz la canción de Sabina “Y nos dieron las diez”.

¿Conocía Sabina la música de “Ojos de gata” cuando compuso la de “Y nos dieron las diez”? Es decir: ¿el parecido musical entre ambas canciones es algo más que una casualidad?
Parece ser que Sabina llegó a conocer la canción de Enrique antes de componer la suya. Pero las versiones de cómo se produjo tal circunstancia difieren.

Según afirma Joaquín Torres, productor del CD "Adiós tristeza", Enrique llevó a casa de Sabina una grabación de "Ojos de gata" antes de publicarla.
Según contó Enrique al resto del grupo, “Sabina la ha escuchado, le ha gustado mucho y ha dicho que no sacaría la versión que estaba preparando”.

En fin, el asunto da para escribir más renglones pero no me quiero extender porque he tratado de resumir y concretar lo más significativo.
Los créditos de la canción “Ojos de gata”, llevan los nombres de Enrique Urquijo y Joaquín Sabina, pero los créditos de la canción “Y nos dieron las diez” sólo llevan el nombre de Joaquín Sabina como autor de letra y música.
OJOS DE GATA

Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto
tú reinabas detrás
de la barra del único bar que vimos abierto.
—Cántame una canción al oído
te sirvo y no pagas.
—Sólo canto si tú me demuestras
que es verde la luz de tus ojos de gata.

Loco porque me diera
la llave de su dormitorio
esa noche canté
al piano del amanecer todo mi repertorio.
Con el "Quiero beber..."
el alcohol me acunó entre sus mantas
y soñé con sus ojos de gata
pero no recordé que de mí algo esperaba.

Desperté con resaca y busqué
pero allí ya no estaba
me dijeron que se mosqueó
porque me emborraché
y la usé como almohada.
Comentó por ahí
que yo era un chaval ordinario
pero cómo explicar
que me vuelvo vulgar
al bajarme de cada escenario.

Pero cómo explicar
que me vuelvo vulgar
al bajarme de cada escenario.
Y NOS DIERON LAS DIEZ

Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto;
tú reinabas detrás
de la barra del único bar que vimos abierto.
—Cántame una canción al oído

y te pongo un cubata.
—Con una condición:
que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata.


Loco por conocer
los secretos de tu dormitorio
esa noche canté
al piano del amanecer todo mi repertorio.

Los clientes del bar
uno a uno se fueron marchando,
tú saliste a cerrar,
yo me dije: cuidado, chaval,

te estás enamorando.
Luego todo pasó
de repente, tu dedo en mi espalda
dibujó un corazón
y mi mano te correspondió debajo de tu falda;
caminito al hostal
nos besamos en cada farola,
era un pueblo con mar,
yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola.

Y nos dieron las diez y las once,
las doce y la una y las dos y las tres
y desnudos al anochecer nos encontró la luna.


Nos dijimos adiós,
ojalá que volvamos a vernos;
el verano acabó,
el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno,
y a tu pueblo el azar
otra vez el verano siguiente
me llevó, y al final del concierto 

me puse a buscar tu cara entre la gente,
y no hallé quien de ti
me dijera ni media palabra,
parecía como si me quisiera gastar

el destino una broma macabra.


No había nadie detrás
de la barra del otro verano
y en lugar de tu bar
me encontré una sucursal

del banco Hispanoamericano;
tu memoria vengué
a pedradas contra los cristales,
"sé que no lo soñé"
protestaba mientras me esposaban

los municipales.
En mi declaración
alegué que llevaba tres copas
y empecé esta canción
en el cuarto donde aquella vez

te quitaba la ropa.

Y nos dieron las diez y las once,
las doce y la una y las dos y las tres
y desnudos al anochecer nos encontró la luna.

6 comentarios :

Tracy dijo...

No sabía esa historia y me ha encantado conocerla porque los dos autores me gustan y las canciones también. Gracias.

Jesús Herrera Peña dijo...

Gracias a ti, Tracy, por venir y dejar tu valioso comentario.

Paco Arenas dijo...

Mira que he escuchado veces estas dos canciones y nunca me había percatado. Con tu permiso lo comparto en Facebook.

Jesús Herrera Peña dijo...

Paco, tienes mi permiso de antemano y por supuesto.
¡Qué cosas! Se ve que esos detalles son para ser observados por gentes detallistas.

Unknown dijo...

Me pasó lo mismo que a Paco, cada vez que escuchaba alguna de las dos me hacía la misma pregunta ¿porqué se parecen tanto? Hasta que no hace mucho en la radio lo explicaron y por fin se aclaró el enigma. Aunque lo mejor, es poder oir las dos seguidas, ó la vez, gracias a ti.

Muchas gracias Jesús.

Joaquín.

Jesús Herrera Peña dijo...

¡¡Hombre, Joaquín!!
"Me llena de orgullo y satisfacción..." que vengas a mi blog y me digas una cosita. Aunque lo más importante sobre estas canciones mellizas, ya nos lo hemos dicho en vivo y en directo que es lo bonito.

Un saludo,

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