Sí,
sí; como lo oyen: España nos roba, nos ha robado siempre a los castellanos. Y
mucho, mucho. Sin ir mas lejos, nos robó la provincia de Madrid para
convertirla en un paisillo de mier... (bueno, mejor me cayo aunque me está
doliendo el callo).
¿Pero
por qué España nos robó Madrid y la desgajó del tronco maternal que siempre fue
Castilla La Nueva?
Así
lo tenía yo en mi libro de escuela y así estaba pintado en el mapa de España
coloreado que había en las paredes de mi escuela.
—A
ver, niños, decidme las provincias que componen la región de Castilla La Nueva.
—Castilla
La Nueva está formada por cinco provincias: Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca
y Guadalajara.
—¿Y
Albaceteeeeeeeee...................?
—Albacete
pertenece al Reino de Murcia, don Marciano.
¡¡Pues
claro que España nos roba!! ¿Lo ven? Además de Madriz nos robó Castilla La
Vieja que en sus gloriosos tiempos comprendía 11 provincias.
León,
Zamora, Salamanca, Valladolid, Palencia, Santander, Burgos, Logroño, Soria,
Segovia y Ávila.
Bueno...,
la verdad es que todo ha sido robo sobre robo. Un mal día nos robaron las
provincias de León, Zamora y Salamanca, porque decían queyque no son
castellanas, que pertenecen al Reino de León.
¡¡Que
no son castellanas? ¡Que no es castellana la castellanísima provincia de
Salamanca? ¡¡Vamos, hombre!!
España
nos roba, ¿lo ven?, y con este panorama los castellanos no podremos ir a
ninguna parte. Porque, —un suponer— si los castellanos quisiéramos separarnos
de España, ¿cómo lo podríamos hacer?
Porque
todo territorio que pretenda separarse de España, el principal requisito que
tiene que reunir es estar en la periferia de España. El País Vasco, Euzkadi,
Euskalerría, Las Vascongadas o como coños quiera que se llame de verdad, de
verdad, esa región española, quiere y puede separarse de España porque por el
norte tiene todo el mar que quiera para ella sola. Y no conforme con eso, limita
con Francia que da más prestancia.
Cataluña
se quiere separar de España por ídem, de ídem de todos los ídem.
Si me
apuras, el paisillo robado recientemente a la Castilla miserable ayer
dominadora, (Castilla y León), si se quisiera separar, él sí puede separarse de
España; está en la periferia. Por el oeste limita con Portugal, que de momento
no parece que se quiera fusionar con España, y por el norte limita con dos
territorios que de buena gana, también se separaban de España. ¡No, Logroño no,
por dios!, ni tampoco Santander. Me quiero referir a Galicia y al País Vasco.
Bueno,
bueno…, que se fastidie Castilla La Vieja; a ella también la robaron Santander
y Logroño.
¿Qué,
que me calle? ¿Por qué, si estoy en la calle? Yo digo lo que me parece, para
eso estamos en un país libre.
Pues
claro que lo tengo que decir sin tapujos: España nos roba. Y yo me pregunto
para mis adentros: “¿Qué será de España cuando termine de robar todo lo que
está robando?”.
Yo,
desde luego…, a mí que no me llamen español. Yo no me considero español. Si me
considero español, si llevo carné de español es por imperativo legal. ¿Yo
español? ¡¡Vamos, hombre!!
Yo
soy castellano de Castilla. De Castilla la grande, la conquistadora de la
espada y de la cruz. La que exportó el idioma a media América, a Filipinas, a
Guinea, al Sahara, a Tánger y a Tetuán. De Castilla, Castilla; no de esas
mariconadas de Castilla y León, Santander la cántabra, Logroño la riojana,
Castilla-La Mancha la manchega, alcarreña, jareña, sagreña, semi-murciana… ¡¡Vamos,
hombre!!
Por
eso digo, cargado de argumentos que España nos roba. ¿Qué puede hacer alguien
como yo que no se siente español? ¿Qué podría yo hacer para reivindicar la
nación de Castilla la imperial?
De
momento, por favor, que nadie me insulte llamándome español. Yo solo soy
castellano a secas, y sanseacabó.